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Parte I - 1. Introducción                   

El concepto de reforzamiento explica el mantenimiento y regulación de una conducta por las consecuencias que esta genera. Este fue primeramente descrito por Thorndike (1898) y, mas tarde, por Skinner (1975); quien  introdujo el concepto para describir un mecanismo de aprendizaje por el cual la conducta se modifica en función de los efectos de la misma sobre el ambiente. Un reforzador es cualquier evento que  aumenta la probabilidad de una respuesta, en función de la contingencia entre los eventos.  El reforzamiento positivo implica una situación en la cual el evento reforzante contingente a la conducta es de tipo apetitivo, en tanto que en el reforzamiento negativo la respuesta es contingente a la terminación de un estímulo aversivo, o impide que este se presente. Si bien por mecanismos diferentes, ambos tipos de reforzadores generan el mismo efecto sobre una conducta: aumentar la probabilidad de su ocurrencia (Tarpy, 1977).

Las bases neurales que subyacen a la conducta motivada fue un tema largamente inexplorado hasta mediados de los años 50. En 1954 Olds y Milner publican un trabajo en el cual afirman que las ratas pueden aprender a retornar a partes de su ambiente en las cuales han recibido estimulación eléctrica intracerebral, utilizando electrodos implantados en hipotálamo lateral. Trabajos posteriores demostraron que los animales pueden trabajar activamente con el fin de recibir la descarga, apretando una palanca la cual activa el circuito de estimulación eléctrica. En otro estudio se utilizo una caja de obstrucción en la cual el animal recibía tres administraciones eléctricas intracerebrales apretando una palanca en un extremo de la caja. Para continuar recibiendo estimulación el animal debía desplazarse hacia el otro extremo de la caja, previo paso por una grilla electrificada. Las tasas de respuesta de estos animales fueron superiores a la de un grupo deprivado de comida por 24 horas que recibía alimento como recompensa.

El hipotálamo lateral, área septal y área tegmental ventral son algunas de las  áreas cerebrales cuya estimulación mediante electrodos incrementa significativamente la tasa de respuesta. Dichas áreas han sido denominadas centros de placer o zonas de refuerzo. Otras partes del cerebro, tales como la sustancia gris periacueductal o el tracto mamilotalámico, generan significativos decrementos en la tasa de respuesta basal.  Estas áreas han sido denominadas centros de castigo (para una completa revisión de la técnica de la autoestimulación intracraneal véase Olds, 1958; Wise, 1996). La hipótesis que los mismos circuitos neurales subyacen a la autoestimulación intracraneal y a reforzadores “naturales” como agua y comida surge a partir de ciertas homologías entre los  patrones de respuesta generados por ambos.

                               

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Volver a Página principal