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2.1 Condicionamiento de
Preferencia al Lugar inducido por
Etanol
El primer trabajo en el
que se comunica haber utilizado condicionamiento de preferencia al lugar para
estudiar las propiedades motivacionales
del etanol se remonta a 1973 (Black et al.). En el mismo, ratas que habían
recibido cinco apareamientos de etanol (1 g/kg. , intraperitoneal) con un
ambiente distintivo, evidenciaron una preferencia
por este último. Los intentos por replicar esta investigacion resultaron
infructuosos. La mayoría de las
publicaciones comunicaron aversión o ningún efecto de condicionamiento a dosis
de 1g/kg o menores (Reid et al, 1985; Van der Kooy et al. , 1983). Con dosis
mayores consistentemente se encuentra aversión condicionada al lugar
(Cunningham, 1981, Cunningham & Niehus, 1993; Schechter & Krimmer, 1992;
Gauvin et al. , 1994). Estos resultados se mantienen incluso utilizando ratas
genéticamente seleccionadas por su elevado consumo de alcohol.
En un estudio que utilizó ratas
alcohol-preferentes (P) y alcohol-no preferentes (NP), se observó significativa
evitación por un ambiente apareado a dosis de 1.0 y 1.5 g/kg. de etanol.
Esta aversión era dosis-dependiente (las dosis mayores inducían
aversiones de mayor magnitud) y más elevada en las ratas P que en las NP. No se
encontró ningún efecto a dosis etílicas
de .5 g/kg. (Stewart
et al. , 1996). Los escasos estudios
que han encontrado evidencias de preferencias condicionadas hacia el etanol en
ratas han utilizado alguna variante del procedimiento clásico de CPL. La
administración concurrente de pequeñas dosis de morfina (Marglin et al. ,
1988) o un largo período de preexposición al fármaco se han mostrado exitosos
en generar preferencias condicionadas al lugar.
Este ultimo procedimiento se utilizo en un estudio en que ratas eran
sometidas a una deprivación de fluidos de veinte horas diarias. Durante las
cuatro horas restantes, los animales podían acceder a una solución
de etanol al 6%. Un grupo control tenía acceso a agua en el mismo esquema
deprivacional. Tras 26 días los sujetos recibían administraciones de etanol
apareadas a un cuarto distintivo. Solamente
el grupo que había recibido el tratamiento previo con alcohol evidenció una
preferencia al lugar (Reid et al, 1985). En otro trabajo, animales administrados
intraperitonealmente durante 20 días con dosis etílicas de 0.5 g/kg.
mostraron una significativa preferencia al lugar, luego de ser
condicionados con la misma dosis. Grupos con dosis etílicas de 1g/kg, tanto en la preexposición
como en el condicionamiento, no evidenciaron preferencia ni aversión
(Bienkowski et al. , 1995). Estos
resultados, tomados en conjunto y teniendo en cuenta las conclusiones obtenidas
con otras técnicas de evaluación hedónica,
avalan la hipótesis del etanol como droga de capacidad reforzante débil.
El efecto de peexposición permitiría evidenciar mas claramente esta propiedad
apetitiva debido a que promovería el
desarrollo de tolerancia a los efectos aversivos (Baker & Cannon, 1982) o
generaría sensitización a los efectos reforzantes. En otros estudios, la
preferencia hacia el lugar, en ratas, se
observó cuando una administración
de alcohol (0.5 g/kg.) era
concurrente a la disponibilidad de comida. Ningún efecto se observó en grupos
que recibían la administración etílica sin la concurrencia del alimento. En
otro experimento del mismo estudio se encontró preferencia al lugar en ratas
sobrias que eran puestas juntas en un recinto caracterizado por estímulos fácilmente
discriminables. Dicha preferencia era significativamente reducida si ambas ratas
habían recibido una administración etílica de 0.5g/kg (Stewart & Grupp,
1985). Los autores sugieren, en vista de estos resultados, que la capacidad del
etanol para ejercer efectos recompensantes
o aversivos no esta dada sólo por su acción sobre el SNC. La interacción de
la droga con la situación en la
cual es administrada puede ser un
factor importante en la generación de preferencias o aversiones (para una
revisión de estos experimentos, Stewart et al, 1988). Aparte de los trabajos
reseñados, desde 1973 hasta la fecha solo una investigación ha indicado
preferencia al lugar en ratas, utilizando
un procedimiento estándar. Para ello se requirieron quince apareamientos entre
un ambiente distintivo y una administración intraperitoneal etílica de 1.0
g/kg. (Bozarth, 1990). El elevado número
de ensayos sugiere, nuevamente, que
la experiencia crónica con el etanol
puede ser un factor que permite la expresión de los aspectos
recompensantes del psicotrópico. A partir de la década
del 90’, la laucha empieza a ser una especie ampliamente utilizada en estudios
de CPL con etanol. A diferencia de
la rata, en esta especie se han encontrado preferencias al lugar de manera
consistente utilizando un amplio rango de dosis. El primer estudio al
respecto data de 1991. En dicho trabajo Cunningham y cols.
hallan preferencia al lugar en una cepa de lauchas especialmente
seleccionadas por su resistencia a los efectos hipotérmicos del etanol (HOT).
En un estudio posterior se observó que la cepa Dba/2J también era sensible a
los efectos recompensantes etílicos. Las lauchas recibían una administración
etílica de 2g/kg y luego permanecían expuestas a una clave táctil distintiva
por 5, 10 o 30 minutos. Interesantemente, se observó que la magnitud de la
preferencia era inversamente proporcional a la longitud del intervalo de
condicionamiento (Cunningham & Prather, 1992). Un trabajo realizado con la
misma cepa, utilizando dosis de 3 g/kg. , replicó
la preferencia generada por el intervalo de 5 minutos post-admnistración pero
encontró indicios de una tendencia a la aversión cuando el mismo se extendía
por 60 minutos (Risinger & Cunningham, 1992).
En conjunto, estos resultados indican que, por lo menos en esta especie,
los efectos incondicionales apetitivos del etanol
se encontrarían en la etapa temprana del proceso tóxico, cuando los
niveles de alcohol en sangre se encuentran en ascenso. Los efectos
incondicionales aversivos, en tanto, se asociarían a períodos más tardíos,
con niveles máximos de alcohol en sangre.
Una objeción a los
efectos opuestos comúnmente observados en ratas y lauchas era que nunca se habían
utilizado procedimientos comparables en ambas especies. Un estudio evalúo dicha
posibilidad llevando a cabo un CPL
en que lauchas y ratas seguían un mismo protocolo experimental. Por otra
parte, este fue el primer trabajo que utilizó una cepa heterogénea de lauchas.
Se observó que, luego de cuatro apareamientos entre una clave táctil
distintiva y una administración etílica
de 1,5 g/kg. , las ratas mostraban aversión y las lauchas preferencia por dicha
clave táctil (Cunningham et al,1993). La posibilidad de
encontrar, de manera confiable y repetida,
preferencias condicionadas en lauchas permitió que se utilizara el CPL
para investigar cuestiones tales como la relación entre propiedades reforzantes
del etanol y actividad locomotora inducida por el psicotrópico (Risinger et al.
,1992) o el rol de la hipotermia en las propiedades aversivas del mismo. Esto último fue evaluado en un estudio
en que la exposición a un ambiente de baja temperatura durante el
condicionamiento impidió la expresión de un condicionamiento de preferencia al
lugar en una cepa heterogénea de lauchas. Dicha preferencia pudo observarse en
grupos controles condicionados en ambientes a temperatura normal (Dickinson
& Cunningham, 1998). |
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